Disculpas mil. Más de un mes ha pasado desde el último post. Sin embargo, siguiendo el refranero popular, Nunca es tarde si la dicha es buena. Y no sólo buena, buenísima, excepcional, majestuosa. Porque hoy quería hacer un breve repaso a la exposición temporal Balenciaga y la pintura española. La muestra, ya termino, pero Balenciaga es siempre fuente de inspiración, éxtasis y deleite. Sobre todo, en una sociedad inundada de NO feminidad, y en la que la mujer parece ha perdido identidad y grandeza y se ha objetivado y sobreexpuesto como si fuera una mercancía, como luego comentare.
Pero, como decía, quería hacer un pequeño repaso, en imágenes, a la muestra, con algún breve comentario sobre ‘el maestro’. Y si la moda de Balenciaga no es femenina, ‘ponible’, seductora y sensual me retiro de este amado mundo de la moda.


Empezamos el repaso a esta selección de obras maestras del arquitecto de las formas con dos vestidos de noche, en rojo, pasión, con dos propuestas. La primera, un vestido largo, con escote de pico y falda en cascada. Y el segundo, un vestido corto, de tul y encaje, volantes, multitud de frunces y cuello recto. Propuestas ideales para una noche de gala y alfombra roja la primera y cocktail entre amigos o una cena especial la segunda.


Arquitecto de las formas. Balenciaga ha sabido como nadie trazar las líneas de sus creaciones y realzar a la mujer como nadie acorde a su fisionomía. El vestido lady de la izquierda, que bien recuerda a Mad Med, es un claro ejemplo de ello. Juega con el talle de la falda y una parte de arriba con generoso escote redondo. Y a la derecha, una escultura romana transformada en vestido en rosa chicle, con un escote asimétrico majestuoso y una lazada a la cintura.


Dicen que el amor es un juego de primeras impresiones. Y este abrigo es un claro ejemplo de ello. Verlo y enamorarse fue todo uno. Sobrio. Elegante. Femenino… ¡Que más se puede pedir! Y para eventos de noche, ¡qué decir de esta capa en raso hasta el suelo, de cuello redondo y manga tres cuartos! Asombrosa.


Vuelta ahora a los vestidos para el día a día, pero de corte fresco y tejidos livianos.


Y acabo con dos propuestas de vestidos de novia tan distintas, pero tan maravillosas. Vestido de vertiginoso escote de pico, con falta cónica en tul. Y el segundo, el vestido de novia que llevó la reina Fabiola en su día de boda, en blanco, con adornos de piel y majestuosa capa, traído ex profeso del Museo de Balenciaga en Guetaria para la ocasión.
No sé cuando volveremos a ver a Balenciaga y su arte entre los museos. Modestamente, espero poder contribuir a darle más dinamismo y diversión; la moda lo permite. Sobre la mesa, he realizado algunas propuestas al comisario de la exposición y han suscitado su interés.
Y entre el buen gusto, feminidad reluciente, amante y amada, los medios e instagramers del momento nos bombardean con el Feísmo y el mal gusto, así como con comentarios nada acertados sobre la belleza del cuerpo femenino. Por no hablar del exhibicionismo obsceno -fuera de escena, de lugar-, siguiendo la terminología clásica de la palabra, como se muestra más abajo. Ante lo que yo me pregunto. ¿Eso es ser mujer?
Blanca Romero: “Me cerraría un poco la vagina, pero sin cambiarle la cara… ¡Es muy mona!”




Si fuera mujer, me quedo, sin dudarlo con Balenciaga y su arte al servicio del ondulante y sinuoso cuerpo femenino.